Para el mes de junio de 2019, según datos de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Colombia había recibido 1.4 millones de migrantes venezolanos y colombianos retornados provenientes de Venezuela. A raíz de la crisis humanitaria de carácter multidimensional que vive ese país han tenido que migrar aproximadamente 4.3 millones de personas. La mayoría de estos migrantes se están movilizando hacia los países de América Latina y el Caribe, varios de los cuales, como es el caso de Ecuador, Perú y Chile, han adoptado medidas restrictivas para contener el flujo migratorio, lo que impone desafíos adicionales para Colombia por ser el principal país de acogida y al mismo tiempo el primer país de tránsito. Esta situación genera “presiones para la atención de necesidades básicas de la población migrante y sobre las instituciones encargadas de la atención fronteriza, las cuales no cuentan con la capacidad suficiente para seguir atendiendo a este creciente número de personas”.