Bogotá D.C., 13 de septiembre de 2018

La buena calidad de las instituciones es precondición necesaria (aunque no suficiente) para el crecimiento económico, y por lo tanto, para alcanzar el progreso social sostenible. La calidad institucional está además íntimamente ligada con la funcionalidad del Estado, y repercute en la legitimidad y en la estabilidad del sistema político.

En efecto, “Las instituciones son las reglas del juego de una sociedad. Son las que marcan las diversas restricciones, formales e informales, que orientan las interacciones de todo tipo que se producen entre los componentes de la sociedad. Sin instituciones adecuadas, la convivencia, la cohesión y la paz social se ven amenazadas, frenando así el desarrollo de las personas y las sociedades. Además, y desde un punto de vista estrictamente económico, un marco institucional empobrecido resulta letal para la competitividad” .

La calidad institucional depende de factores muy diversos. Para su medición, el Índice de Calidad Institucional (ICI) que desde 2007 elabora anualmente la Red Liberal de América Latina (RELIAL) toma en consideración dos grandes subíndices, cada uno conformado por cuatro indicadores —obtenidos a partir de calificaciones que elaboran de forma especializada distintas entidades en todo el mundo. En el caso de las instituciones políticas estos son: Respeto al Derecho (Banco Mundial), Voz y Rendición de Cuentas (Banco Mundial), Libertad de Prensa (Freedom House) y Percepción de la Corrupción (Transparencia Internacional). Y para las instituciones de mercado: Competitividad Global (Foro Económico Mundial), Libertad Económica (Heritage Foundation), Libertad Económica en el Mundo (Fraser) y Haciendo Negocios (Banco Mundial).

Durante los últimos 10 años, el continente americano ha registrado, en buena parte de los países que lo integran, avances importantes en materia de calidad institucional. Pero también ha sido escenario de estancamientos y deterioros. Como lo sintetiza Javier Fernández-Lasquetty usando como referencia el ICI, “Panamá ha pasado del 18 al 11, Perú ha subido del puesto 21 al 13, mientras que Colombia lo ha hecho del 26 al 17. Canadá y Estados Unidos siguen en lo alto de la tabla. México y Argentina siguen donde estaban (19 y 27, respectivamente). Brasil ha perdido posiciones, del 23 al 26. Y Venezuela ha caído ya al último lugar, por detrás incluso de Cuba y Haití”.

¿Cómo seguir avanzando en la ruta del perfeccionamiento institucional para obtener entornos más favorables para el desarrollo económico y la generación de nueva riqueza y, en consecuencia, ampliar el alcance del progreso social? ¿Cómo salir del estancamiento y cómo resolver los cuellos de botella? ¿Cómo puede contribuir la buena gobernanza tripartita (Estado – Sector Privado – Ciudadanía) al mejoramiento de la calidad institucional? Estos son algunos de los interrogantes que han llevado al Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría Olózaga (ICP), la Red Liberal de América Latina (RELIAL) y el Colegio de Estudios Superiores de Administración (CESA) a convocar, con el patrocinio de Ernst and Young (EY) y el apoyo de Godoy y Hoyos Abogados, el foro internacional Calidad institucional para el crecimiento económico y el progreso social.