La frontera colombo – ecuatoriana

A pesar de ser una frontera relativamente pequeña, el límite con Ecuador es el segundo más dinámico en términos de flujos de personas y bienes para Colombia. Los 708 km. que la conforman hacen de ésta la cuarta zona fronteriza en términos de extensión. Aunque en 2007 y 2008 fue el tercer destino de las exportaciones colombianas, en 2014, con 1.884 millones de dólares, Ecuador pasó a ser el octavo socio comercial. No obstante, esta relación comercial reviste de una particular importancia para Colombia, puesto que la balanza comercial es ampliamente favorable. Lo anterior se debe en parte al diferencial cambiario que mantiene con la economía ecuatoriana, ya que esta última adoptó hace varios años el dólar como su moneda. El déficit para Ecuador en la balanza comercial es un tema que no está desprovisto de controversia en la agenda bilateral.

La zona andina del departamento de Nariño y la provincia del Carchi son epicentro del intercambio comercial colombo ecuatoriano. Son éstas además las que menores deficiencias presentan en términos de provisión de bienes públicos, aunque no son ajenas a desafíos en esta materia. El andino hace parte de los tres ámbitos geográficos que conforman la frontera, los cuales se distinguen por el ecosistema, las relaciones sociales y por los efectos que ha tenido el conflicto armado colombiano.

En efecto, la relación binacional en las dos últimas décadas ha estado estrechamente atravesada por la evolución del conflicto armado colombiano. La ofensiva de las Fuerzas Armadas contra los grupos armados ilegales, al igual que la lucha contra los cultivos ilícitos y el narcotráfico, ha desplazado el epicentro de la confrontación hacia la periferia y las zonas de frontera. En el caso del límite con Ecuador, el departamento de Putumayo y la costa pacífica de Nariño corresponden a las zonas más afectadas por el conflicto. Esta situación ha tenido efectos en las provincias de Sucumbíos y Esmeraldas –ubicadas en los ámbitos amazónico y pacífico de la frontera, las cuales han percibido con mayor profundidad los efectos de la situación en Colombia. Las presiones de la migración y el entretejido de las economías ilegales, que ha vinculado a nacionales de ambos países, son problemas que han estado asociados al conflicto, pero que no necesariamente van a desaparecer si se alcanza un acuerdo con la guerrilla.

La frontera colombo ecuatoriana alberga dos zonas que la Política de Consolidación Territorial ha identificado como prioritarias, en razón a la presencia de grupos armados al margen de la ley y de cultivos ilícitos: el Putumayo y Tumaco y su zona aledaña, que corresponde al ámbito pacífico del departamento de Nariño. De acuerdo con la última medición de cultivos ilícitos adelantada por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, no sólo en Nariño y Putumayo han crecido las áreas cultivadas, sino que estos dos departamentos concentran alrededor del 45% de los cultivos de coca a nivel nacional.

A pesar de que la agenda bilateral sufrió con la alta tensión que desató la Operación Fénix, las relaciones entre Colombia y Ecuador han recobrado un dinamismo importante. Uno de los logros en el restablecimiento de las relaciones, aparte de las medidas de fomento de confianza, ha sido el tratamiento de los temas al más alto nivel, en parte en detrimento de mecanismos regionales. Puede cuestionarse, sin embargo, si los encuentros del Gabinete binacional que reúne a los ministros para abordar los temas de la agenda son mecanismos durables y sostenibles para tratar una agenda diversa, compleja y en algunos casos conflictiva.

El Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría Olózaga y la Fundación Konrad Adenauer se han propuesto promover el debate y la reflexión colectiva en torno al papel que podrían jugar las áreas de frontera en un eventual escenario de posconflicto, especialmente en materia de política exterior, seguridad, construcción de paz y desarrollo socio económico.

Sugerimos entonces una discusión inicial alrededor de los siguientes interrogantes:

  • ¿Cuáles deben ser las prioridades en términos de intervención institucional en la frontera colombo ecuatoriana en un eventual escenario de posconflicto?
  • ¿Qué potencialidades de desarrollo socio económico alberga esta frontera y cuáles son los actores relevantes que deberían ser vinculados a una estrategia integral para su aprovechamiento?
  • ¿Cuáles son las asimetrías que mayor impacto tienen en la dinámica transfronteriza en cada una de los ámbitos (amazónico, pacífico y andino) de la frontera?
  • ¿Qué balance puede hacerse del proceso de normalización de las relaciones bilaterales luego del punto de quiebre de 2008 en términos de lucha contra grupos armados ilegales, situación humanitaria, delimitación y arreglo extrajudicial de la controversia por la fumigación por aspersión en la frontera?
  • ¿Cómo fortalecer y consolidar los mecanismos de coordinación binacional a todo nivel para así articular acciones conjuntas a problemas compartidos?

Las anteriores preguntas no son taxativas ni excluyentes. Están encaminadas a ofrecer un marco para la discusión, sin que eso signifique que los participantes de la Mesa de Expertos no puedan plantear consideraciones adicionales.

El debate se regirá por la regla Chatham House, según la cual los participantes podrán invocar los principios de reserva, no identificación y no atribución (para más información acerca del alcance de esta regla consultar www.chathamhouse.org/about/chathamhouse-rule).

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