La reducción de daños como medida efectiva para disminuir los costos del sistema de salud en Colombia

29 de junio de 2023
/Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría Olózaga
Foto: Freepikg

El consumo de tabaco y nicotina es una de las principales causas de enfermedades cardiovasculares y respiratorias en todo el mundo. En Colombia, el sistema de salud enfrenta un alto gasto en la atención de estas enfermedades, lo cual representa un desafío para el gobierno y la sociedad.

El tabaco es un factor de riesgo importante para las enfermedades no transmisibles (ENT) como enfermedades cardiovasculares, enfermedades respiratorias crónicas, cáncer y diabetes. Según el DANE (2023), las principales causas de muerte natural en Colombia son las enfermedades isquémicas del corazón, seguidas por las enfermedades cerebrovasculares, las enfermedades crónicas de las vías respiratorias inferiores y la diabetes mellitus. El tratamiento de estas enfermedades implican altos costos para el sistema de salud colombiano.

Al reducir el consumo de tabaco y nicotina y combatir las consecuencias que tienen estos productos en la salud de los ciudadanos es posible disminuir el gasto en atención médica relacionado con enfermedades cardiovasculares y respiratorias. Esto se traduce en un alivio para el sistema de salud y en la posibilidad de destinar recursos a otras áreas prioritarias.

Existen múltiples enfoques para disminuir el consumo de estas sustancias, entre ellos se encuentran las políticas de reducción de riesgos y daños y los métodos más restrictivos o prohibicionistas con sesgo paternalista. Estos últimos, pretenden limitar el actuar del individuo, asumiendo que el Estado debe tomar decisiones en búsqueda de su bienestar, incluso limitando su libertad de elección.

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Mediante las políticas públicas de reducción de daños se busca minimizar los riesgos y las consecuencias negativas asociadas al consumo de sustancias adictivas, como es el caso del tabaco y la nicotina, sin necesariamente eliminar su consumo. Por el contrario, incentiva la minimización del impacto mediante buenas prácticas de consumo (Kuwabara, 2021; Sanit, 2002; Warner, 2020).

Lo anterior, se contrapone a políticas prohibicionistas que pretenden desincentivar la demanda a través de estrategias como el aumento de impuestos que incrementan los precios. La reducción de daños se centra en educar y brindar alternativas más seguras a los consumidores evitando las externalidades negativas y las consecuencias no anticipadas que pueden generar las políticas que contravienen la libertad de elegir de los usuarios.

Por ejemplo, el estudio “El contrabando de cigarrillos y el crimen organizado en Colombia y Ecuador” (Rico; Wiesner, 2019) realizado por el Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría Olózada, el cual demuestra que el aumento de impuestos al tabaco en Colombia ha generado un incremento en el contrabando de cigarrillos, lo que representa no solo un problema de salud pública, sino de seguridad.

Al no estar regulados, los productos de contrabando pueden contener sustancias más nocivas que los productos legales, lo que puede aumentar los riesgos para la salud de sus consumidores. Además, el contrabando de tabaco y nicotina también tiene un impacto negativo en la economía del país, ya que, disminuye los ingresos fiscales y crea incentivos para la consolidación de economías ilícitas controladas por redes criminales.

Es importante señalar que los enfoques prohibicionistas han sido poco eficientes en la reducción y/o eliminación del consumo. Asimismo, han fortalecido la estigmatización de los usuarios de productos de tabaco y sus estrategias no han perdurado en el tiempo.

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La implementación de políticas de reducción de daños basadas en evidencia científica, permite desarrollar estrategias efectivas, adaptadas al contexto colombiano para disminuir el consumo de tabaco y nicotina sin generar consecuencias no anticipadas y externalidades negativas como las ya vistas.

Para ello se deben desarrollar regulaciones diferenciadas por tipo de producto, en las que prime la protección de los menores de edad para que no tengan acceso a dispositivos de reducción de riesgos y daños. Adicionalmente, es fundamental que tanto los productos de tabaco y nicotina como los productos de reducción de daños cuenten con una publicidad que promueva un consumo responsable y concientice sobre los potenciales riesgos y alternativas disponibles.

El uso de Productos de Nicotina Sin Combustión ha sido probado como el método más efectivo para dejar el tabaco combustible y evitar casi todos los perjuicios sobre la salud asociados a fumar. Sin embargo, estos deben ser promocionados como alternativas más saludables para los fumadores, no con ánimo de atraer nuevos consumidores.

En conclusión, las políticas de reducción de daños permiten disminuir la morbilidad y mortalidad que se asocia al uso y consumo de productos de tabaco y nicotina, así como, los costos que supone el tratamiento de enfermedades cardiovasculares y respiratorias para el sistema de salud colombiano. Esto, sin generar consecuencias negativas en otras áreas como la economía y la seguridad.